Hoy en día puede resultar difícil imaginar que fumar fuera popular en los viejos tiempos, que en realidad se considerara un signo de libertad durante un período en el que se podía disfrutar de un cigarrillo. En los años 60, el tabaco era una droga de placer para la que se compraban accesorios caros. En anuncios antiguos de los años 60 y 70 se puede ver claramente que tanto hombres como mujeres disfrutaban de la vida con un cigarrillo en la mano, tanto en casa como en el trabajo y durante las vacaciones.
Se dice que Colón trajo el tabaco a Europa en 1492, pero en Dinamarca no se hizo popular hasta mucho más tarde. En los primeros años de la historia del tabaco, fumaba principalmente el dueño de la casa, y esto tenía lugar en las casas elegantes, donde podía retirarse después de cenar y disfrutar de un cigarro o tabaco de pipa. El tabaco huele y se pega a la ropa, y de ahí el nombre del esmoquin, porque los caballeros no querían molestar a las damas después del cigarro de la cena, por lo que mientras fumaban se ponían una chaqueta especial que luego podían tirar. cuando terminaron y así evitar traer demasiado olor consigo.
A finales del siglo XIX todavía no estaba bien visto que las mujeres fumaran un cigarrillo. Sólo en el período de entreguerras las mujeres comenzaron a fumar, y entonces se consideró un símbolo de libertad. El cigarrillo iba de la mano de la moda, donde la mujer llevaba el pelo corto y vestidos que dejaban ver tanto brazos como piernas. El cigarrillo se convirtió en un símbolo de su propio control y feminidad.
Fumar tabaco es parte de nuestro patrimonio cultural y es una historia interesante de cómo algo que fue dañino durante muchos años se legalizó antes de que resultara muy dañino hasta el día de hoy, donde ha sido prohibido en muchos lugares. Hoy en día, fumar ya no es un símbolo de estatus como lo era entonces, sino más bien un símbolo de que no tienes control sobre ti mismo y de que eres adicto a fumar.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.